En BdQ nos fascinan esas reuniones amigueras en las que se ríe hasta que duele la panza. Esas noches requieren de platos especiales, que acompañen ese ambiente relajado y cálido. Las alitas picantes son una bomba para estas ocasiones, de verdad. Son del tipo de comida que se disfruta en confianza, entre amigos, con las manos.
Como buena comida de entrecasa, lleva pocos ingredientes y es muy rendidora. Podemos preparar varios acompañamientos, desde culposos, como papas fritas o aros de cebolla, hasta saludables, como arroz blanco o ensalada, y así salimos todos satisfechos. Al ser una receta estofada, el sabor se concentra si se deja marinar, o si se guarda y se recalienta al día siguiente. Esto también la convierte en una opción muy útil para viandas y colaboraciones en mesas buffet. No se le puede pedir más a un plato.
Un plus: si son de los que siempre están planeando incursionar en la mundo del picante, les recomendamos arrancar acá. Tal vez tengan en sus casas una salsa de chile o algo similar que alguien les trajo de un viaje… o quieren probar esa mezcla de pimientas que compraron una vez… ¡Este es el momento!
Esperamos sus comentarios.
Ingredientes
Para 4 porciones necesitan:
1 1/2 k alitas sin piel
1 cebolla
1 morrón rojo
3 tomates pelados (pueden reemplazarlos por 3 cdas de extracto de tomate)
2 cdas mostaza
2 cdas miel
2 cdas vinagre
1 diente de ajo
sal y pimienta (decidan qué tan picantes les gustan)
Preparación de las alitas
El objetivo final es que toda la carne quede en un extremo para que se aproveche al máximo y sean más fácil de manejar con las manos. Para lograr esto, se debe hacer un corte alrededor del hueso en el extremo opuesto de donde está la carne. Una vez hecho esto, se toma cada ala del extremo y se raspa con una cuchilla filosa, presionando la carne y dejando el hueso limpio. Con el calor, el músculo se contraerá formando una “bolita”.
Procedimiento
La versión rápida es: picar las verduras, mezclar los condimentos y la miel, agregar las alitas y cocinar por 2 horas en olla de hierro a fuego mínimo.
La versión más lenta es mezclar los condimentos y la miel, untar bien las alitas y dejar marinar por al menos 1 hora antes de cocinar. Ya saben que si dejan esta preparación toda la noche, el sabor se concentra y quedan más sabrosas y tiernas.
Es una receta que basa su calidad en dos cosas: la preparación previa de la carne y la combinación de los sabores, antes de cocinar, y la calidad de la olla, en cuanto a la cocción. El sabor exacto a su paladar lo van a ir consiguiendo a medida que practiquen este plato. A algunas personas les gusta destacar el dulzor y utilizan más tomate y más miel. Otras personas prefieren el sabor picante y más salado. Hagan sus pruebas y encuentren su punto justo, están invitados.//